¿Qué son las medidas ordinarias de aula? ¿como podemos llevarlas a cabo con nuestro alumnado? ¿cuando se realizan? ¿con qué alumnado podemos usarlas? Todas estas preguntas se darán respuesta en este artículo para que puedas trabajar en clase con más autonomía y darle a tu alumnado lo mejor de ti mism@.
Las medidas ordinarias de atención en el aula son estrategias pedagógicas diseñadas para responder a la diversidad del alumnado sin necesidad de modificar los objetivos generales del currículo. Estas medidas buscan personalizar el aprendizaje, permitiendo que cada estudiante alcance su máximo potencial dentro del entorno educativo estándar, avanzando según su propio ritmo y capacidad de aprendizaje, sin perjuicio de los demás compañeros. Se realizan de forma automática en el momento en el que nosotros, como docentes, detectemos una necesidad, con o sin diagnóstico educativo, por lo que son medidas que se pueden realizar en cualquier momento y con cualquier alumno que lo necesite.
Estas medidas promueven la inclusión y el desarrollo individual. Algunas de las más destacadas son:
1. En la evaluación inicial, que debe ser cualitativa e integral del alumnado, empezamos a recopilar datos del perfil de nuestros alumnos. En este punto es muy importante anotar las fortalezas, debilidades, intereses, motivaciones, preferencias de aprendizaje, etc. para poder realizar una programación que esté adaptada a las necesidades de nuestro alumnado y evitar trabajo a posteriori en la medida de nuestras posibilidades, cuanto más tiempo invirtamos en conocer mejor a nuestro alumnado, mejor podremos hacer una programación más acorde con sus necesidades e intereses, personalizada y que cumpla con el Diseño Universal de Aprendizaje (DUA). No se trata de hacer una programación descontextualizada y adaptar a los que no llegan o se pasan, se trata de programar para todos, sin exclusión. En este punto, tendremos en cuenta que la alta capacidad es una neurodivergencia que permite a este alumnado aprender de forma diferente, con mayor velocidad y profundidad. Esto es importante para poder programar para todos.
2. Nuestra evaluación irá a máximos, y qué quiere decir esto? que si, en la evaluación inicial de una unidad didáctica, situación de aprendizaje o actividad competencial, parte del alumnado, mediante diferentes instrumentos de evaluación, conseguimos evidencias de aprendizaje real de eso que vamos a enseñar, tendremos que tenerlo en cuenta para no perder el tiempo repitiendo para ellos conocimientos o competencias que ya poseen.
¿Todos tienen que hacer un examen o todas las actividades de la libreta para poder aprobar? Ahí está el truco de la diversidad, no necesitamos hacer la misma prueba de verificación para todos ni en el mismo momento. Podemos hacer varias atendiendo a las necesidades y características de nuestro alumnado.
3. ¿Qué evitaremos con nuestro alumnado de altas capacidades?
- Pues, por su diferente forma de aprender, lo primero es la forma de enfocar las actividades dirigidas a aprender, no necesariamente deben hacer lo mismo que los demás. Debemos normalizar que cada uno de nuestros alumnos son diferentes y no necesitan lo mismo, por lo que darle a cada uno lo que necesita debe convertirse en algo natural en nuestra clase.
- Que tengan que esperar a terminar la misma tarea de todos para hacer algo diferente. Definitivamente no es una opción. La atención al alumnado aacc debe ser desde el principio atendiendo a su perfil, pero nunca se puede dejar para “cuando termine lo de los demás”.
- Tareas simples de copia y repetición: copiar enunciados, copiados de textos, copiados de dictados, múltiples cuentas, copiar los apuntes,… Nada de lo anterior tiene evidencia científica de aprendizaje en ningún alumno, pero, de forma especial en el alumnado de altas capacidades, ya que su sensación de pérdida de tiempo aumenta, su frustración se hace mayor y adormece su mente.
- Dar más tarea de lo mismo. Ya hemos comentado que las repeticiones son algo a vitar con este alumnado.
- Proyectos de enriquecimiento o actividades competenciales solo para casa. Ni son para después de, ni mucho menos para hacer en casa con la familia.
- Esperar a que nos lo demande. No es el alumno el que debe pedir que realicemos nuestro trabajo, debemos hacerlo nosotros y ayudarles a entender que todos deben esforzarse según su capacidad para desarrollar las mismas estrategias, herramientas y técnicas de cara al futuro y evitar problemas.
- A pesar de que notemos que su desarrollo en clase sea bueno y vaya bien haciendo lo que los demás, por ley estamos obligados a darle lo que necesita.
- Si tiene bajo rendimiento o tiene fracaso escolar, no tomamos medidas de enriquecimiento porque no aprueba lo “normal”. Esta es la idea contradictoria de la anterior. Pues ni la una ni la otra, las medidas de enriquecimiento se realizan independientemente de las notas. Eso sí, implementando el andamiaje necesario para que vaya cogiendo ritmo.
- Igual que en el caso anterior, pero referido al comportamiento, la actitud o el comportamiento del alumno, si es despistado, disruptivo, se frustra,… no puede ser una excusa para no darle el programa de enriquecimiento.
- Como termina rápido y tengo mucho trabajo, todos los días al terminar lo pongo a hacer de profesor para otros. Como medida puntual, y haciendo que todos los alumnos pasen por ese puesto, es una práctica enriquecedora para todos, sobretodo si se buscan las fortalezas de cada alumno y se les reta a que lo compartan en clase con sus compañeros. Como medida diaria y exclusiva para los que terminan rápido y lo hacen todo bien, es una práctica que debemos desechar.
4. Una vez realizada la evaluación inicial de la unidad didáctica, situación de aprendizaje o tarea competencial como si de la evaluación final se tratara, tenemos una radiografía de las partes que el alumno no domina, domina o “va sobrao”, por lo que, según el punto en el que se encuentre, tomaremos medidas diferentes.
- En el caso en el que “no lo sepa”, trabajamos desde el marco DUA, la multinivelación y la personalización del aprendizaje para diseñar actividades de aprendizaje adaptadas a su perfil que le permitan avanzar a su ritmo. Nos podemos ayudar con la taxonomía de bloom,con diferentes agrupamientos, mediante una evaluación formativa y trabajando la metacognición, ofreciendo opcionalidad y reto, en proyectos abiertos y guiados, mediante la cultura y destrezas de pensamiento, permitiendo la creatividad y el pensamiento divergente y ofreciendo material diverso e itinerarios formativos.
- En el caso en el que no sabe una parte, pero la otra casi la domina, o está bastante encaminado, compactamos, es decir, eliminamos aquello que ya conoce. Con lo que no, trabajamos como se ha comentado en el punto anterior. Y el tiempo restante lo usamos para un proyecto de investigación en la materia.
- La tercera opción es “lo sabe”, por lo que dedicamos todo el tiempo a profundizar en los conocimientos y ampliar horizontalmente el curriculum.