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El mejor recurso para el alumnado de altas capacidades

Una de las preguntas que más se repite en nuestras formaciones es “cuál es el mejor recurso para trabajar con niños y adolescentes de altas capacidades”. Y, a diferencia de todo lo que puedas imaginar, la respuesta es muy simple: el mejor recurso para tu alumnado eres tú, pero, no sólo para las altas capacidades, sino para todos en general. Un docente que aprende, evoluciona y mejora es el mejor recurso para su alumnado.

Y me dirás, pero, ¿cómo? Pues muy sencillo:

Más allá de los recursos, el verdadero cambio está en la innovación y formación docente

A menudo, cuando hablamos de personalización del aprendizaje o de atender al alumnado con altas capacidades, muchos docentes nos preguntan: ¿Pero qué recursos puedo usar? ¿Dónde están las actividades preparadas para esto? Esta pregunta es comprensible. Vivimos en un contexto educativo donde el tiempo apremia, la carga lectiva es alta y cualquier herramienta que nos ahorre esfuerzo es bienvenida.

Sin embargo, hay algo fundamental que debemos tener claro: no son los recursos los que transforman el aula, sino el docente.

Podemos llenar una carpeta digital con fichas de enriquecimiento, rúbricas multinivel y plantillas de proyectos. Podemos descargar programaciones listas para aplicar. Pero si no entendemos el propósito detrás de esos recursos, si no cambiamos nuestra manera de estar y hacer en el aula, el impacto será mínimo.

La personalización del aprendizaje, la enseñanza multinivel, el enriquecimiento o el desarrollo del pensamiento crítico no dependen de tener materiales específicos, sino de nuestra mirada pedagógica. No se trata de “hacer actividades diferentes”, sino de enseñar de una manera diferente.

Un docente que comprende cómo estructurar su aula para atender a todos los estudiantes con distintos niveles de desafío, puede hacerlo sin necesidad de recursos extraordinarios. Porque lo esencial es cómo plantea las preguntas, cómo genera un clima de exploración y aprendizaje, cómo permite distintas formas de acceso al conocimiento y expresión del aprendizaje.

Dicho esto, sabemos que contar con ideas y herramientas facilita la puesta en marcha. Por eso, en este artículo ofrecemos propuestas concretas. Pero queremos que las veas como inspiración, no como recetas cerradas. Queremos que las adaptes, que las transformes y, sobre todo, que te permitas experimentar con tu propia práctica.

Porque el verdadero recurso eres tú. Y cuando un docente cambia su enfoque y evluciona, el aprendizaje de su alumnado se potencia con él.

Aquí te dejamos algunos ejemplos concretos que muestran cómo el cambio no está en los recursos en sí, sino en la manera de estar y hacer en el aula:

  1. Multiperspectiva en Historia sin fichas adicionales

En lugar de dar a todos los alumnos el mismo texto sobre la Revolución Francesa, el docente asigna diferentes fuentes según el nivel de comprensión y análisis de cada estudiante:

  • A algunos les proporciona un cómic o una línea del tiempo visual.
  • A otros, un artículo con preguntas guiadas.
  • A los más avanzados, fragmentos de textos originales (discursos de Robespierre, la Declaración de los Derechos del Hombre).

Luego, en grupos heterogéneos, cada alumno explica su material a los demás, permitiendo que se enriquezcan unos a otros. No se necesita una ficha especial: solo un cambio en la forma de presentar el contenido.

  1. Matemáticas con diferentes niveles de desafío sin cambiar el ejercicio

En un problema de proporcionalidad, en lugar de dar tres versiones del mismo ejercicio (básico, intermedio y avanzado), el docente lo plantea con un solo enunciado y tres formas de resolverlo:

  • Opción 1: Resolverlo aplicando una relación de proporcionalidad de forma directa.
  • Opción 2: Justificar el proceso con un diagrama o una representación gráfica.
  • Opción 3: Crear un problema similar basado en la misma idea, pero con un contexto diferente.

Cada alumno elige cómo resolverlo según su nivel y su forma de pensar. No se trata de tener tres fichas distintas, sino de abrir opciones dentro de la misma tarea.

  1. Ciencias: aprender desde la curiosidad sin recursos extra

En lugar de hacer que todos los alumnos resuelvan las mismas preguntas sobre la fotosíntesis, el docente lanza un reto:
“Si las plantas necesitan luz para vivir, ¿por qué hay especies que crecen en la oscuridad?”

Los alumnos pueden buscar información, proponer hipótesis, discutir en parejas o investigar diferentes plantas con adaptaciones especiales. La evaluación no es un test, sino una exposición breve o una infografía hecha en clase. No se necesita material adicional, solo una pregunta que despierte el pensamiento crítico.

  1. Lengua: Escritura creativa sin plantilla previa

En lugar de dar a todos los alumnos la misma redacción con instrucciones detalladas, el docente plantea una situación abierta:
“Imagina que mañana despiertas en un mundo donde nadie puede hablar. Escribe una historia sobre cómo te comunicarías y qué problemas surgirían.”

Los estudiantes pueden escribir:

  • Un relato tradicional.
  • Un cómic.
  • Un diario de un personaje atrapado en ese mundo.
  • Un guion teatral.

El mismo ejercicio permite diferentes formas de expresión sin necesidad de múltiples fichas. El foco está en la creatividad del alumno, no en un recurso predefinido.

Estos ejemplos muestran que la clave está en la flexibilidad y en cómo planteamos la enseñanza, no en tener una biblioteca infinita de materiales.

Teniendo en cuenta la personalización del aprendizaje, la multinivelación y el marco DUA, todo empieza a fluir, porque se aprende pensando y construyendo, no sentado en una silla escuchando.

No te obligues a cambiar tu metodología de forma abrupta: comienza con pequeños cambios con los que te sientas seguro, estudiando sobre la gestión del aula multinivel, la evocación, la metacognición, la cultura y destrezas de pensamiento, las metodologías activas y actividades competenciales,… Esas palabras que, al principio te pueden hacer sentir inseguro y que, conforme las vas conociendo y usando en tu aula, te vas dando cuenta de que el verdadero aprendizaje reside en ellas.

Y, por supuesto, no te puedes olvidar de la motivación y el interés de tu alumnado. La emoción reside en el cerebro y puede influir en el aprendizaje en gran medida. Que se sientan escuchados y que formen parte de su comunidad, que es su clase, es muy importante. Que seamos flexibles, que no permisivos, les permite intentarlo nuevamente y no temer a los errores. Que les acompañes en su evaluación para que sigan aprendiendo y no para encontrar sus errores, hará que se muestren como son y quieran intentarlo hasta conseguirlo.

Tienes por delante un camino de redescubrimiento de la educación, pero no lo olvides: ¡El verdadero recurso eres tú!

 

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