Hoy, 14 de marzo, se celebra el día de las altas capacidades.
Sin embargo, a día de hoy, desafortunadamente no tenemos motivos para «celebrar» y sí muchos motivos para seguir en la lucha de la sensibilización y atención de las altas capacidades.
Porque en España no hay consenso nacional en cuanto a identificación.
Porque las medidas de atención a las altas capacidades son decididamente insuficientes.
Porque en la mayoría de universidades no hay profesionales que estudien y formen adecuadamente a los futuros maestros sobre las altas capacidades. Ni a otros profesionales, como pedagogos y psicólogos.
Porque, a día de hoy, el 90% de los niños de altas capacidades están pasando por el sistema escolar sin ser detectados ni vistos, y, muchísimo menos, atendidos en sus necesidades.
Porque se sigue negando la necesidad de detectar y atender las altas capacidades con el «yo no lo veo» y «a mí no me parece».
Porque no hay formación ni planes ni medidas que mejoren la formación de docentes y profesionales educativos.
Porque la atención en el aula debe ser integral y en todo momento, ni por asignaturas, ni a ratos.
Porque no se trata de darle más tareas, de copiar o repetir, sino trabajar de forma diferente.
Porque la sobre-estimulación no existe, sino que se ha de respetar el ritmo de aprendizaje de cada niño y niña.
Porque las niñas no son sólo muy trabajadoras, también son inteligentes.
Porque los programas de enriquecimiento extraescolares no son una solución a la desatención dentro de la escuela.
Porque esa falta de conocimiento contribuye a la perpetuación de los mitos y falacias que siguen ignorando y estigmatizando las altas capacidades.
Porque no se escucha a las familias, cuando en el 70% de las ocasiones, sus indicios llevan a la detección de altas capacidades.
Porque se ignoran sistemáticamente los derechos de los niños con altas capacidades.
Porque los niños doblemente excepcionales tienen el doble de dificultades.
Porque la escuela no está preparada para atender sus necesidades especiales.
Porque siguen siendo los grandes olvidados en la escuela.
Por todo ello y muchos motivos más, especialmente hoy debemos levantar todos la voz y reivindicar las necesidades de los niños con altas capacidades. Porque esos niños están creciendo sin las medidas de atención necesarias, con problemas derivados de la falta de ajuste académico, porque muchos de ellos llegarán a la edad adulta pensando que son «raros», que no están bien, haciendo masking y sin poder mostrar su verdadera forma de ser, sufriendo y sintiéndose solos.
Algunos consiguen ser identificados de adultos y, después de pasar el duelo de enterrar quienes han sido hasta ese momento, empiezan un proceso de catarsis que les permite volver a reiniciarse, redefinir sus límites y su proyecto de vida. Otros no llegarán a saber quienes son, no llegarán a conocerse. Hoy, más todavía, pero también todos los días del año, estamos con vosotros.
A día de hoy, muchos niños y niñas, y con ellos y ellas, sus familias, siguen sufriendo lo indecible porque todavía no se les escucha en los centros escolares y no se les permite evaluar a sus hijos. Hoy más que nunca, estamos con vosotros y vosotras.
De igual forma, muchos otros niños y niñas, a pesar de tener un diagnóstico, pasan, año a año, sin medidas de aula que les permita aprender a su ritmo y de la forma que necesitan. Hoy, también alzamos la voz por vosotros.
No podemos olvidar a aquellos docentes y profesionales educativos que, como nosotras, luchan día a día por la sensibilización y la atención de los niños y niñas con altas capacidades dentro de los centros educativos. Hoy nos damos la mano y compartimos nuestras experiencias.
Hoy, más que ayer, diferentes asociaciones, centros y profesionales de altas capacidades de toda España, conscientes de la situación actual, ofrecen apoyo y refugio a innumerables familias. Hoy también levantamos la voz con vosotros.
Todavía queda mucho por lo que luchar y muchas familias a las que acompañar. Pero, hoy más que nunca y menos que mañana, alzaremos la voz una vez más por los derechos de los niños y niñas olvidados por el sistema, por los derechos de los niños y niñas de altas capacidades. Seguimos con vosotros. No estáis solos. Seguimos caminando juntos por ellos y ellas.