Hoy queremos compartir contigo una reflexión muy especial en el Día Internacional de la Mujer, donde celebramos no solo los logros, sino que también revindicamos la necesidad de brindar una atención cálida y específica a nuestras niñas con altas capacidades. Con los datos actuales, es necesaria un serena y profunda reflexión a la que invitamos a familias y docentes para reconocer la importancia de identificar a esas pequeñas mentes brillantes que, a menudo, quedan en segundo plano debido a estereotipos de género.
Porque a las niñas no son consideradas inteligentes, sino trabajadoras. No son líderes, sino mandonas. No son observadoras, sino cotillas. No son avispadas, sino impertinentes. No son curiosas, sino entrometidas. No tienen precocidad, sino que están “sobrestimuladas”… Por desgracias, todos los adjetivos hacia las niñas de alta capacidad suelen ser negativos. Por todo ello, todavía muchos más mitos relacionados con las niñas y las mujeres que debemos trabajar por desterrar de nuestro sistema educativo y nuestra sociedad.
Sabemos lo crucial que es contar con protocolos adecuados que permitan descubrir y apoyar a las niñas desde una edad temprana. Por ello, os dejamos el enlace este importantísimo artículo de CONFINES, en el que se habla del estudio “Alta Capacidad: Mujeres y niñas visibles”, iniciado en 2022 por ACTEF, donde se evidenció que en familias donde se identificó a un niño con altas capacidades, sus hermanas pasaban desapercibidas. Además, la aplicación del protocolo de identificación de la UIB en tres centros escolares de Formentera logró equilibrar los resultados, identificando al 50% niños y 50% niñas. Estos hallazgos motivaron la creación del Protocolo Proactivo de Identificación de Niñas de Altas Capacidad Intelectual (PIPNAC), en el que diversas asociaciones se han sumado para alcanzar un objetivo de identificación equitativo. No te lo pierdas, es muy revelador.
Para finalizar, rescatamos nuestro artículo publicado el año pasado sobre este tema “El sesgo de género”, donde profundizamos en cómo los prejuicios culturales pueden limitar el reconocimiento de las altas capacidades en las niñas.
Te invitamos a sumarte a esta conversación con el mismo compromiso y empatía, trabajando juntos para crear un entorno educativo y familiar que valore y potencie el talento de cada niña, ayudándolas a descubrir y alcanzar su máximo potencial. ¿Crees, como docente o familia, que se puede hacer más por identificar a las niñas? Déjanos tu comentario.